
Junto con la educación, y como otra de las claves fundamentales para la preservación y proyección del patrimonio es el desarrollo de un turismo cultural caracterizado por su calidad y contenido.
Así como Santo Tomás acuñó la frase "Ver para creer", bien podríamos nosotros decir, con respecto al patrimonio cultural, "ver para querer". De hecho, ninguna otra forma de conocimiento puede dejar en nosotros una huella tan profunda como la experiencia del contacto directo con nuestros paisajes históricos, nuestro patrimonio arquitectónico y arqueológico, nuestra gente, sus costumbres, gustos y creencias. Se trata de una vivencia no sólo intelectual, sino también sensorial y afectiva, capaz de transformar por completo nuestra visión y de generar un vínculo emocional indisoluble con aquellas expresiones, lugares y personas que, por su valor estético, histórico o por su carga identitaria, merecen ser valorados y conservados.Fomentar el turismo cultural en Quirihue aparece, entonces, como un camino ineludible para que nuestro patrimonio sea conocido, apreciado, querido por la gente que lo visita y por la comunidad donde se inserta, de modo que su conservación y promoción se conviertan en prioridad realizable y sustentable, gracias al desarrollo de una actividad productiva en torno al turismo.Casas familiares, colec
ciones privadas, talleres particulares, iglesias podrían abrir sus puertas especialmente para grupos de turistas, sin que se excluyan los más conocidos circuitos, los que siempre se abordan desde una perspectiva que enriquece su percepción y conocimiento. La gastronomía local, la artesanía y las manifestaciones populares se integran necesariamente en una experiencia que busca ser lo más completa posible.
Así como Santo Tomás acuñó la frase "Ver para creer", bien podríamos nosotros decir, con respecto al patrimonio cultural, "ver para querer". De hecho, ninguna otra forma de conocimiento puede dejar en nosotros una huella tan profunda como la experiencia del contacto directo con nuestros paisajes históricos, nuestro patrimonio arquitectónico y arqueológico, nuestra gente, sus costumbres, gustos y creencias. Se trata de una vivencia no sólo intelectual, sino también sensorial y afectiva, capaz de transformar por completo nuestra visión y de generar un vínculo emocional indisoluble con aquellas expresiones, lugares y personas que, por su valor estético, histórico o por su carga identitaria, merecen ser valorados y conservados.Fomentar el turismo cultural en Quirihue aparece, entonces, como un camino ineludible para que nuestro patrimonio sea conocido, apreciado, querido por la gente que lo visita y por la comunidad donde se inserta, de modo que su conservación y promoción se conviertan en prioridad realizable y sustentable, gracias al desarrollo de una actividad productiva en torno al turismo.Casas familiares, colec

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